martes, febrero 24

Cansarme un poco.

Eso es todo lo que quiero en estos momentos.
Cansarme, por haber tenido un día movido.
Cansarme, porque me vinieron a visitar.
Cansarme, porque el sol me dió en la cara.
Cansarme, porque no puedo estar ausente.
Cansarme, porque no me puedo quedar quieta.
Cansarme, cansarme. Nada más.

Me gusta cuando la gente grande me dice disfruta ahora para no hacer nada.
Pero también me gustaría poder llegar a grande y lamentarme, porque debería haber hecho menos.

Quiero cansarme un poco.

Eso es todo.

Estoy armando algo, pero...ultimamente ando muy contrariada conmigo misma (jejé!), de todos modos, quiero volver de verdad a las andanzas de esto del blog, aunque ¿no parezca?.
En cuanto pueda, pa estas fechas de ser posible supongo que voy a estar pasando por los blogs de la gente que solía leer, espero.
Nos vemos pronto entonces!

viernes, febrero 6

De excusarme. De andar. O no.

¿Qué se hace, cuándo el ánimo está por el suelo, y no contás con nadie?.
¿Qué se hace cuando la soledad por fin te pesa en las espaldas?.
¿Cómo cambiar una situación, cuando la voluntad está pisoteada por el mismo desgano?.

Si mi ausencia tiene propósito, es este y no otro, no es más que desgano.
Una vez cada tanto, me pasa.