martes, enero 6

Un post elaborado. (Microcuento)

Dedicarme tiempo a escribir como antes, sin ver lo que escribo, ni siquiera mirando la pantalla, o el teclado, me hace pensar en todos estos días en los que estube escribiendo que no tenía ganas de escribir.

Lo que realmente sucede es que escribo que no tengo ganas de escribir, porque me está costando horrores abordar cualquier tema que pueda ser de mero interés para alguien.
Y, como justificarme fué siempre mi cruz, puedo cargar con ella.


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Sé que puedo hablar de muchas cosas.
Porque leí el diccionario.
Y hay miles de palabras.
Miles de verbos conjugables.
Artículos para armar oraciones.
Y millones de combinaciones posibles.
Pero, de esos millones, (pese a que llevo más de un mes buscando) aún no encuentro nada, absolutamente nada que me motive a contarles una historia. Llevarlos de paseo por algún lugar imaginario, invitarlos a tomar té de mis pensamientos, o simplemente, escribir, por mí.


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En este momento, en que creo, estoy siendo totalmente franca, puedo sentir ese cosquilleo que me dice, seguí, proque estas escribiendo desde adentro, y es esto lo que te hace falta.

Sé que prometí un post elaborado hace mucho, presisamente desde que decidí volver.

Sé que desde que volví hice las mil y un cosas para no sentarme a escribir y lidiar con el problema del paso del tiempo, de no saber nada, de intentar aclarar mis emociones y poder transmitir algo lindo.

Sé que también me pasaron cosas que ofuscaron y retrasaron este momento.


Pero hoy, hoy por vez primera desde aquel nuevo principio, estoy decidida a hacer un post elaborado.

Aunque no sé que contar, a partir de ahora sé que puedo empezar, porque hoy, liberé mis demonios interiores. Porque hoy mi cruz se hace pedazos.

Porque, siento que al fin puedo y quiero hacerlo.
Y no hay absolutamente nada que pueda detenerme a excepción de yo o la muerte(o un simple corte de luz jeje).


Así que después de la introducción, les dejo con lo primero que se me vino a la cabeza, despues de tanto, tanto tiempo.


Silencios.



Siempre le gustó el silencio. Ese silencio que perturba y te llena de emociones. Que toca tus pensamientos y los llena de miedos o alegrías.
Siempre, siempre respetó esos silencios y vivió su vida buscando sus miedos. Siempre acompañado del silencio.
Eso que algunos llaman "la calma antes de la tormenta", para aquel que lo disfrutaba era su cielo personal.
Viajó a las alturas. Descendió. Entró y salió de los lugares más entrañables del mundo, en busca del silencio.
Antes de morir, supo que era sordo.




Ahora es cuando yo los dejo, y me voy a buscar mis silencios y convertirlos en ruido
(Y si con esto se preguntan ¿qué quiso decir? no se preocupen demasiado, porque de esas preguntas ni siquiera yo tengo la respuesta)
.

2 comentarios:

elquecreequecrea dijo...

Estas escribiendo de un amigo mío (no del sordo) Jaja”del silencio
Es de esos amigos que siempre que los necesitas están
Cuando medito esta conmigo,
Cuando pienso esta conmigo,
Ahora que escribo esta aquí,
Deci que me gustan las mujeres porque hasta duermo con el…Jaja”

“El silencio es un buen amigo y un estupendo consejero”

Saludos ……………………Sergio*

Esmeralda dijo...

Victoria: no hacen falta conjugaciones ni miles de artilugios gramaticales para verte el alma, que bello encontrarte en la buscada furtiva del silencio.
Como siempre victoria un placer leerte.

Besos victoria

Esmeralda